La
vida es una aventura que debemos de disfrutar, muchas veces no sale como uno quiere.
Cuando
somos jóvenes pensamos que los obstáculos que se nos presentan son fáciles de superar,
pero desafortunadamente no es así, muchas veces los problemas no entienden de edad, si eres
hombre o mujer, algunas veces no es posible disfrutar de lo que la edad
requiere.
Cuando
eres pequeño, deseas regalos, amigos y juguetes para poder disfrutarlos, ir al
parque cada tarde, comprar gominolas, etc.
Pero no siempre podrás tener esa alegría y felicidad
cuando tu madre te decía de ir al parque para jugar con tus amigos, porque el
tiempo pasa y los años también.
Cuando esos años pasan nos gustan cosas nuevas, como
salir, estar con los amigos, conocer nuevas amistades, aprender y sobre todo
experimentar cosas nuevas.
Cuando
tu juventud acaba, llega la mejor época, ser abuelitos, para poder recordar
viejos tiempos y con ellos poder reírte y llorar de la alegría, contarle a tus nietos esas historias que tanto te
gustaban , sentirte orgulloso de ti mismo por haber llegado a esa edad y tener a tu
familia a tu lado .
Cuando
tienes 16 años, lo último que piensas es que tu vida se acabe tan pronto.
Un
chico de 16 años, él tenía todo una vida por delante, sus estudios, sus amigos,
su novia y su mayor pasión; el fútbol. Era un niño alegre, divertido, le
gustaba reírse y hacer reír a los demás, era muy querido por sus amigos y sobre todo por su
familia. Él, era tal vez la persona que con poco que tuviese se sentía feliz. No
se perdía ningún partido, la verdad es que era un buen jugador, todos los
querían en su equipo.
Era fuerte, pero a la vez y aunque suene
contradictorio era débil. Sufrió varias caídas, unas por faltas en los
partidos, otras mientras entrenaba, pero él no iba al médico, no quería que su
tiempo de juego cesara.
Un
día su rodilla parecía cansada y el dolor le hizo que acudiera al médico, le
mandaron reposo ya que fueron varias las caídas y golpes que había soportado
esa rodilla. Al salir del médico, su
mundo le golpeó, él no estaba dispuesto a perderse la liga en la que tanto había trabajado, soñado y entrenado.
Así que decidió guardar en secreto ese reposo y
jugar todos los partidos y en ellos marcó bastantes goles.
En
el último partido sufrió otra caída en la rodilla dañada, los médicos tuvieron
que ir a por él ya que no podía levantarse del campo de juego.
Fue
ingresado en el hospital y su rodilla tenia muy mal aspecto, él estaba loco por
salir de allí y volver a pisar el campo de fútbol.
El
tiempo se hacía eterno en aquel hospital, las horas eran largas y no llegaba el
momento de poder salir de aquella habitación, estaba cansado de pruebas, análisis,
radiografías y ningún médico le decía nada, tal vez por ser menor de edad.
Los
días pasaban y pasaban, él quería salir de allí, el cansancio se notaba en su cara y estaba preocupado, cada día preguntaba
que cuando le darían el alta, pero una vez más no obtenía respuesta.
Un
día vio a su madre llorar y pensó que algo pasaba, así que como nadie le decía
nada decidió buscar su informe médico, y en una hoja de esa carpeta , al lado
del bolso de su madre , se encontraba su informe médico , pero no entendía muy
bien esas palabras : ‘Osteosarcoma de tipo condoblástico de alto grado de
malignidad’’
El
tiempo en aquel hospital le hizo saber su significado, tenía un cáncer en la
rodilla y la solución era amputar la pierna para impedir que la enfermedad se
extendiera por su cuerpo. Todos quedaron atónitos cuando él decidió que por
favor no amputaran su pierna, porque era el motor de su sueño, jugar al fútbol,
fue una decisión difícil de aceptar, pero él insistía en que sin sus dos
piernas no sería feliz.
Tuvo
un tiempo de mejora y le dieron unos días para estar fuera del hospital, su pierna no había desaparecido pero
su pelo sí, no le importaba, se ponía una gorra y salía a la calle con sus
amigos, disfrutaba de sus últimos días,
lo que mas le gustaba era ir donde entrenaba su equipo, pero ahora no iba, todos lo miraban con pena y él
decidió que volvería al campo para jugar un partido.
El
médico lo llamo por teléfono, pidiéndole que por favor acudiera urgentemente. Cuando
llego a la consulta, el médico que seguía su caso le informó de que le diera
una respuesta con respecto a su amputación, pero él seguía negándose y diciendo
que sin su pierna no sería feliz, el médico lo intentaba convencer diciéndole
que no era consciente del daño que se podía provocar en su cuerpo, pero él ya
tomó esa decisión y nada ni nadie lo haría cambiar de opinión. Eran muchas las
preguntas que todos sus familiares se hacían al respecto.
Cada
día, estaba peor, no tenia ganas de levantarse, ni siquiera de ir a ver el
partido de fútbol con sus amigos, e incluso perdía el apetito.
Una
noche empezó a llorar, su madre asustada fue a su habitación para ver que le
ocurría, y él le contó que su novia lo había dejado a las pocas semanas de que
le detectaran la enfermedad. A la mañana siguiente se levantó con otro ánimo,
decidió llamar a sus amigos para poder disfrutar el tiempo que los médicos le daban de vida, sus amigos lo
acompañaron hasta el campo de fútbol, él quería levantarse de esa silla y poder correr
y jugar como lo hacían sus compañeros, pero por culpa de aquella rodilla no
podía realizar su sueño, perdió todo el ánimo, no tenía ganas de estar allí y
decidieron llevarlo a su casa.
A
la semana siguiente acudió al hospital para recibir su tratamiento, el día que
le tocaba lo pasaba muy mal, sentía que su juventud y sus ganas de vivir se
estaban quedando entre las cuatro paredes blancas de aquel hospital , el cual
visitaba cada mes mas tiempo. Él intentaba mostrar que estaba bien, porque a
veces sentía mas dolor al ver a sus padres y familiares como lo dejaron todo
para estar a su lado, el cansancio de su madre que luchaba a su lado para superar
este gran obstáculo y como se sentía derrotada por no poder cambiarse por su
hijo, ella hubiera hecho lo imposible por estar en el lugar de su pequeño.
El
tratamiento era duro y lo peor que él no mejoraba, era superior la enfermedad, así
que los médicos tras repetir pruebas decidieron poner un tratamiento mas fuerte
y esperanzador, aunque mas duro para él, tendría que visitar a diario el
hospital, pero sus ganas de vivir y superar esta enfermedad podía con todo. Así
que cada día recibiría el tratamiento.
Pasaron
unos meses y el tratamiento hizo efecto, por fin no tendría que visitar en unos
días en hospital, podría ir a casa y estar tranquilo durante un tiempo hasta
repetir las pruebas.
Durante
este tiempo no echo de menos esas cuatro paredes, decía que eran unas vacaciones
en las que tenia que disfrutar de lo que mas quería que era su familia y por su
puesto ir a ver el fútbol, su equipo lo recibió con gran alegría y cariño,
entro al campo como soñaba, andando y sonriente, aunque con ayuda de unas muletas,
pero estas no les impidieron dar unos toques al balón. No podía hacer muchos
esfuerzos por que se cansaba rápido. Su vida parecía haber dado un giro, sentía
mas esperanza que nunca y sus ganas de luchar no cesaban.
Todo
lo bueno se acaba, y estas vacaciones terminaron con la llamada de el doctor
que seguía su caso, en compañía de su familia escuchaban las palabras que el
doctor decía, cada una de las palabras que pronunciaba se clavaban en su mente,
aunque algunas no quisiera escucharlas.
No
había solución, la enfermedad ocupo no solo su rodilla, sino que se estaba
extendiendo por toda su pierna, el se aferro a la vida con todas sus fuerzas y acepto su amputación, las lagrimas se
adueñaron de él, pero pensó que esa decisión haría feliz a su familia y él
aprendería a vivir sin su pierna.
Antes
de la operación no paso mucho tiempo porque era algo que había que preparar
pronto y todo fue programado para hacer la intervención lo más pronto posible.
El
jueves era el último día que vería su pierna con la que tantos goles marco y a
la que quería a su lado, pero llegaba el momento de despedirse de ella. El
lunes eran las últimas pruebas, no lo podía creer que sería la última vez que
tendría que pasar por esas maquinas.
El
martes una llamada apago todas las esperanzas, el doctor quería verlo, así que
otra vez a visitar esas cuatro paredes blancas, la noticia que le dio fue
horrible, su enfermedad se había extendido por todo su cuerpo, así que no
merecía la pena llevar a cabo la operación programada.
Los
resultados de aquellas pruebas fueron terribles, tenía metástasis y no había
nada que hacer.
Su
vida se terminaba con su pierna como él quería, todo acabo aquella tarde en la
que su corazón dio su último latido.
La
vida no fue fácil para él , solo espero que esté donde esté haya conseguido
sonreír, aquí todos te recuerdan con cariño, diste todo lo que tenias, hiciste
de nuestras vidas algo bonito y singular .
PAULA HERRERA CASAS-3ºA