miércoles, 16 de noviembre de 2016

CREATIVIDAD LITERARIA-PALABRAS QUE NOS GUSTAN

Durante este curso participo en el Programa Creatividad Literaria.

El programa se inserta en la acción Jóvenes Creadores en el Aula del Plan de Cultura Emprendedora. Propone conseguir que el profesorado propicie en el alumnado una reflexión personal y crítica sobre su tradición literaria, impulsando la creación de textos, como modo de construcción del propio pensamiento, de expresión personal y de disfrute.
Trabajo con los alumnos de 1º de Bachillerato que cursan la asignatura LITERATURA UNIVERSAL.

Empezamos con una actividad incluída en el nivel 1


Entre todos hemos seleccionado 20 palabras que nos gustan, por bonitas y por sugerentes. Una vez seleccionadas hemos quedado en que cada uno debe escribir un texto utilizándolas todas. La idea es obtener textos diferentes con la misma base léxica. Por supuesto se pueden utilizar otras palabras diferentes para reforzar los textos pero las obligatorias son las siguientes:

ESPEJO-NUBES-REINA-SEPTENTRIONAL-TERCIOPELO-OCÉANO-UNIVERSO-ATARDECER-NOCHE-LUZ-CASTILLO-MAR-VALENTÍA-MELANCOLÍA-LUNA-ZAFIRO-CIELO-MÁGICO-ANCLA-ESPERANZA.

Paso a transcribir el resultado que bien podemos considerar como una pequeña antología poética:

NOELIA GÓMEZ

En un mundo mágico
vivía él en un castillo lleno de arena
estaba en la orilla del mar.
Él mantenía la esperanza de que
su amada regresara con el
y aquella noche, pasó algo extraño,
él que era un valiente miró hacia el cielo
y vio que el atardecer se acercaba y no
quería que llegase la noche porque
su universo se derrumbaba.
A la mañana siguiente las nubes
desaparecieron al recordar la piel
de terciopelo de su amada  y la
melancolía volvió al ver en una cajita
el anillo de zafiros que le regaló y
por la noche con la luna llena vio
a los barcos echar el ancla y decidió
viajar a la zona septentrional de su país
para encontrarse con ella y devolverle
su anillo en señal de su amor, que era
tan grande y hermoso como el océano

AINARA MADRID

Frente aquel espejo ,
que reflejaba todo mi pasado
recordando aquellas noches 
de melancolía y esperanza 
en aquel castillo bajo aquella 
luna de terciopelo
miraba aquel cielo mágico tan oscuro
como un zafiro.
Esperaba la llegada 
de mi reina septentrional.
Cuéntale la llegada 
a mi pequeño universo ,
valiente se quedo anclada 
en aquel océano sin salida.
Aquella noche la luna brillaba 
con la luz de mi reina ,
mi reina recordada
mi reina deseada


SILVIA MATEO
En un castillo junto al mar,
sentía una reina melancolía.
Aunque admiraba el cielo terciopelo de aquel atardecer septentrional,
mágico e inevitable,
la noche vio caer,
y con ella la luz de aquel zafiro,
anclado en el universo.
Era su ansiada luna a la que todas las noches observaba,
a la que envidiaba por su valentía de estar solitaria,
en aquel océano de estrellas.
Veíase reflejada en ella como un espejo,
deseando que llegue el día en que las nubes disipen
y llegue a encontrar un rayo de esperanza.



MARÍA TAPIAS

En un castillo septentrional, una reina se arregla su pelo de terciopelo frente al espejo. Recordando el mar,de color zafiro, con sus barcos y sus anclas, bajo el cielo mágico del atardecer, cuando la luz se apaga y cae la noche con su luna bajo ese océano melancólico.
La reina ansía bajar de su torre con valentía y con la esperanza de salir al universo de nuevas oportunidades.


PABLO ROMERO

En aquel castillo mágico, envuelto por un mar de nubes se encontraba una reina, de ojos como zafiros y pelo como terciopelo. Aquella noche brillaba la luna con una luz que se reflejaba en sus ojos como un espejo.
La reina estaba totalmente envuelta bajo un cielo septentrional donde brillaban colores de un atardecer mágico, una noche de sentimientos con la esperanza, la melancolía y la valentía de recuperar a ese amor que se quedó anclado en el pasado.


LOURDES NAVARRO

Yo me perdí en el mar
reflejado en los espejos de tu cara.
Ese océano de zafiros
en los que yo me quise ahogar.

Esa luz septentrional aquel atardecer
recorriendo con mis manos el terciopelo de tu piel.
La timidez el único ancla que nos detenía
Pero guiados por una ciega y extraña valentía.

Y esa noche, con la luna por testigo
Aquella reina sin castillo
Por fin pudo amar.

Y ese cielo sin nubes,
ese mágico universo.
La melancolía y la esperanza
aún siguen en mi recuerdo.

Porque te amo, y te amaré,
y te seguiré amando por siempre.
Y aunque pase tiempo, aquí te esperaré
Perdida en mis sueños e ilusiones.


Mª JOSÉ CONTRERAS

La reina en su alcoba observaba el reflejo de la luna en el espejo, una luz de color zafiro ilumina la alcoba, parecía un universo mágico.
Su mirada se perdía en un mar de melancolía... noches de esperanza, océanos de valentía...
Su castillo sobre el rocoso acantilado, rodeado de un hermoso cielo... de terciopelo, con nubes con formas de ancla y un atardecer septentrional bajo el  hermoso horizonte.



LOURDES IBORRA

El atardecer con su mar y océanos, con sus anclas en los barcos y una gran luna mágica en el cielo. En la noche, las nubes desaparecen pero las estrellas aparecen, son como espejos. La reina en su castillo con una mirada septentrional y llena de melancolía. El universo proyecta una luz de esperanza y valentía. Los ojos de la reina eran como zafiros de terciopelo.


ANTONIO LEYVA
Una reina de luz
en un castillo de terciopelo,
veía la noche desde el cielo,
flotando en un mar de nubes.

Un mágico atardecer.
El océano color zafiro
servía de espejo para la luna,
ese universo septentrional.

Un ancla de esperanza
ante la melancolía de ese amor,
que mucho dolor causó,
y ahora se transforma
en el principio de la valentía.

PRISCILA MARCOS

Bajo la luna septentrional
ahí estás tú, reina de la luz
mirando su mágico rostro en el universo
soñando con los zafiros de su alma,
soñando con su piel de terciopelo.
Las nubes reflejadas en el espejo
echan el ancla hacia el cielo
desgarrando al atardecer eterno.
Océano de esperanza, pájaro al viento.
El caballero de la rosa en el pecho
se despoja de su valentía en el suelo
cubriéndose con la bandera del alba,
desflorando la desnudez del deseo,
robando besos de melancolía
a la noche en su apogeo.
Castillos de arena, mar en verso.
                                   Dorma

DIANA SÁNCHEZ
Confesión.
Querida noche

¿Puedo serte sincera?...

El cielo cubría,
las nubes rojas,
zafiros que me miraban
con melancolía.

En cada rincón gris
me llamaba la esperanza.
El terciopelo me cubría...
me cubría el pequeño espejo de la encimera.

Mirando por la ventana
vi la mirada del atardecer
azul intenso como el océano
morado y rojo como el fuego.

Quería gritar de impotencia
al no tener valentía alguna.

Lloraba y era un mar de lagrimas
se me derramaban los sueños de las manos
mientras que... 
la luz mágica desaparecía por segundos.

El castillo septentrional de la reina
se rompía entre mis pequeños pies.

El ancla tocaba al son del universo.
Yo le tendí la mano a ella
solo pude decir 

Gracias LIBERTAD
por sacarme del INFIERNO.


NORAH MONTESINOS

En ese atardecer de invierno, se hallaba la reina de aquel universo paralelo en su castillo con vistas al mar. Al caer la noche el cielo se cubrió de nubes tapando la luna y tiñendo el océano de color zafiro. La reina, salió al balcón a observar la noche con mirada septentrional, con la esperanza de volver a tener un amor que no se quedase anclado, un amor mágico como el que siempre había soñado. Empezó a hacer frío y entró de nuevo en su habitación, se sentó en su tocador, se puso su bata de tacto aterciopelado y comenzó a peinarse frente al espejo, con melancolía de tener algún día la valentía de salir de su castillo para encontrar su amor.

SHEILA ROMERO

Un universo mágico, con un atardecer bonito, vivía una reina
en su propio castillo, con el reflejo de la luz del espejo que se alumbraba su propio rostro, su piel de terciopelo.
Todas las noches bajo la luna septentrional aparece el caballero con su valentía de darlo todo por ella.
Océano de esperanza, mar azul como el cielo puesto el ancla de zafiro.

CARMEN CIFCI

Llévame, llévame lejos, recorramos mares y océanos, pero llévame.
Ayúdame a huir de este lugar, donde siempre es de noche y la luna nunca brilla, donde lentamente se apaga la vela de tu esperanza.
No es fácil, nunca lo fue, pero ahora quiero huir y ver el atardecer.
En este pozo me hallo esperándote a ti, deseando ver el mágico sol, deseando descubrir el universo donde nací.
Ojalá encontrar otra vez la luz, y enamorarme de nuevo del cielo y su color zafiro. Quiero formar parte de aquel castillo donde reina el amor, aquel que se hallaba en la frontera entre lo septentrional y lo meridional.
Adiós a la melancolía, tu valentía me salvó, ahora disfruto y el recuerdo de ese sitio, en el olvido cayó.
Anoche por fin pude tocar de nuevo las nubes y su tacto aterciopelado, al igual que ya puedo mirarme al espejo, y el antiguo reflejo jamás volverá, ya no existirá.
Poco a poco todo pasó, y el sitio al que estaba anclada desapareció.


SILVIA CASADO

Había una reina en aquel cuento, vivía en un bosque septentrional lejos de la ciudad. Mirando aquel espejo, vio aparecer a su amado que acariciaba su piel de terciopelo mientras las nubes se fundían en el cielo siendo testigos del secreto del castillo, juntos pasaron el atardecer y la noche de luna llena daba luz a ese amor con la esperanza de que el universo nunca los separase. Eran valientes, luchaban contra mares y océanos por ese amor que anclaba al uno del otro, se miraron a los ojos, el estaba enamorado de esos zafiros, de ellos brotaba la magia de un amor secreto, pero la melancolía se apoderó de la reina, todo había pasado, el noble caballero terminó su camino cuando descubrieron su amor furtivo. Ella se apartó del espejo y siguió el camino de su amado para volver a fundirse de nuevo en un lugar donde solo eran ellos dos.

PASCUAL PORCEL
En aquel castillo,

En aquella isla septentrional,

En aquella isla anclada en el fondo marino,

Un océano de nubes, cubría el cielo,

Con la esperanza de ocultar la luna,

Una melancolía que la reina traía consigo,

Un universo distinto lleno de valentía,

Algo mágico trajo consigo un atardecer de color zafiro,

Una luz que iluminó la noche,

Una luz que es el espejo del alma en el cielo

Una luz que es el propio amanecer nocturno.


LORENA HERRERA

Y allí me encontraba, bajo un manto de nubes que cubrían el cielo en aquella  noche mágica . 
Sentada en la borda de aquel barco , con el mar de espejo , esperando tu llegada en aquel atardecer  de terciopelo negro.
Y la luna con ojos de zafiro miraba con valentía aquella melancolía que desbordaba .Y por fin al final del océano , una luz de esperanza alumbraba el castillos ,  anclada de ilusiones y sueños como un reina en aquel universo de amor. 


NOTA: Todas las imágenes utilizadas están sacadas de la página de Facebook: El mundo en blanco y negro


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