viernes, 28 de octubre de 2016

MÚSICA Y POESÍA


La semana pasada hablamos en clase de la Poesía de la Experiencia La poesía de la experiencia surge de acontecimientos concretos, sencillos, cotidianos y reconocibles de la vida del poeta, a partir de los cuales él expresa los sentimientos y reflexiones que suscitan, y que muchas veces atañen a temas clásicos como el amor, el paso del tiempo, las ilusiones y desengaños, la nostalgia, la esperanza, el miedo, la vida como sueño, lo escurridizo de la felicidad, el dolor o la muerte. Busca ser accesible y atraer al lector. Elegí para leer a los alumnos el poema de Luis García Montero: 

Aunque tú no lo sepas

Como la luz de un sueño
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminando
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...

Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.
También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.

Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño


que no recuerdas cuando te despiertas.


Después escuchamos la canción que Quique González compuso basándose en este poema y que lleva el mismo título:






Y a continuación pregunté a mis alumnos cómo definirían ellos la íntima relación que existe entre música y poesía. Estas fueron las respuestas:

-La poesía y la música, la música y la poesía. Es una creación bonita y sentimental con un ritmo tranquilo y clásico.
SHEILA.

-Son dos sensciones y expresiones distintas, cuando se juntan se forma una bomba llena de sentimientos. Es una comunicación perfecta de belleza y bienestar.
MARIA JOSÉ.

-La música es el viaje más profundo hacia la poesía. Todo tiene melodía y sentido.
NOELIA.

-Son el mejor maridaje posible. La poesía sin música son solo palabras bonitas juntas. La música sin poesía son melodías que suenan bien. La una sin la otra no son nada y juntas lo son todo.
ANTONIO.

-Son dos almas que se conectan, es una explosión de sentimientos que se da con solo escuchar la voz del poema y el sentir de la música mezclados en uno solo.
PRISCILA.

-La poesía es expresar mediante versos la música y la sinfonía que sale del corazón, es expresar sentimientos junto a las notas musicales. Es el baile de la música en un libro.
MARÍA.

-Juntas hacen una unión perfecta porque junta la magia y sentimiento de la poesía con el ritmo y la pasión de la música.
FRANCISCO JAVIER.

-La poesía de por sí tiene un ritmo, la música de por sí también, tiene su ritmo y estilo. Creo que si las combinas das rienda suelta a tus sentimientos, te hace fluir, se agranda el corazón, se empequeñecen las preocupaciones, se te eriza la piel. Si se combinan dos cosas buenas sale magia.
CARMEN

-La música adorna la poesía, hace de ella un sentimiento más profundo que se convierte en melodía para nuestros oídos y alimenta el alma con bellas emociones.
SILVIA MATEO.

-Son imprescindibles juntas o separadas. La música embellece la poesía y te transmite y te hace sentir mejor. La música le da sentido a la poesía.
LORENA.

-La poesía es música y la música es poesía porque ¿qué es la una sin la otra? La poesía necesita una musicalidad de la cual nutrirse y ambas crean una belleza en conjunto que deleita los sentidos.
LOURDES NAVARRO.

-Para mí música y poesía es fusionar dos cuerpos diferentes, es como si hubiese un amor y una complicidad entre estos elementos para alcanzar la perfección.
SILVIA CASADO.

-La música sin poesía puede sobrevivir pero la poesía sin música no. Al combinarse, la simbiosis es perfecta.
PASCUAL.

-Son dos caminos maravillosos que te indican un mar de sentimientos.
PABLO.

-Son dos mundos distintos pero cuando se juntan pueden complementarse muy bien y la poesía cobra vida.
LOURDES IBORRA.

-Quien no lee y no escucha música es como si muriera, no le da sentido a su vida. Carece de imaginación.
AINARA

-La poesía debe tener un ritmo y la música embellece los poemas porque no es lo mismo leerlo simplemente, que leerlo con música de fondo o cantado. Llega más al corazón. Se siente mucho más.
NORA.

-Esta relación es algo de otro mundo...La música le da sentido a la poesía, es una combinación perfecta. Despierta nuestros sentidos.
VALERIA.


1º DE BACHILLERATO C-ALUMNOS DE LITERATURA UNIVERSAL.
Gracias nuevamente a todos, por hacer estas clases un poquito más especiales. Gracias por recibir mis propuestas siempre con entusiasmo.

viernes, 21 de octubre de 2016

CHARLA SOBRE POESÍA EN LA BIBLIOTECA MUNICIPAL

Los alumnos de 1º de Bachillerato del IES Padre Poveda (Literatura Universal) han asistido a la charla sobre poesía que la escritora Josefina Martos Peregrín ha dado en la Biblioteca Municipal. Cuestiones sobre qué es poesía, la importancia de la lectura, la necesidad de expresar por escrito lo que sentimos, dónde se encuentra la inspiración...han dado lugar a una conversación amena y distendida aderezada en todo momento con poemas escritos por la autora. Preguntas, respuestas, sonrisas y versos resumen este tiempo que hoy, viernes 21 de octubre hemos pasado fuera del instituto.
Gracias a Josefina Martos, por su amabilidad y por su predisposición. Y gracias a Sara, nuestra bibliotecaria, por organizar el acto.











viernes, 14 de octubre de 2016

¿QUÉ ES LEER PARA TI?

                    LEER ES CRECER




Crecer como persona, dependiendo de lo que se lea, que tu vocabulario crezca y tu mente también. 
NORA.

LEER ES ALEGRARSE


Porque la lectura te transporta a lugares increíbles que solo tú puedes imaginar. Te alegra la tarde, te alegra la vida y te ahoga las penas.
LORENA.

LEER ES RECORDAR


Es recordar momentos tristes, alegres, amargos. Pensar en todas esas cosas que has hecho anteriormente. Pensar en tu infancia, en todo lo que te rodeaba. Es recordarlo todo.
NOELIA.

LEER ES VIAJAR


Cuando abres un libro y te introduces en él viajas y conoces nuevos mundos.
PASCUAL.

Cuando leo viajo a los mundos o ciudades que aparecen en el libro. Me veo por esos lugares dentro de la historia.
ANTONIO.

LEER ES VIVIR


Porque leer es vida, es como el oxígeno, imprescindible. Es disfrutar de cada palabra que lees.
CARMEN.


LEER ES SENTIR


Sentirte libre, sentir que estás en un mundo distinto, entender los sentimientos de unos personajes, sentir satisfacción al leer un libro que te ha hecho sentir quién eres tú y por supuesto sentir que no hay nada más que ese mundo. Disfrutar del momento sin importar nada más.
Mª JOSÉ.

Cuando leo me puedo poner en el sentimiento del personaje y me dejo llevar hasta lugares imaginados sin saber lo que me deparará esa lectura.
DIANA.

Sentir los personajes y sus sufrimientos.Ponerte en su lugar, imaginarte a tí en esas circunstancias y lugares.
FRANCISCO JAVIER.

LEER ES IMAGINAR


La lectura nos adentra en un mundo imaginario, nos lleva a otra dimensión
LOURDES IBORRA.

Imaginar mundos mágicos en los que protagoniza historias fantásticas.
MARÍA.

LEER ES PINTAR


Dibujar versos en el alma, novelas en el corazón y obras de teatro en el cuerpo.
PRISCILA.

LEER ES AMAR


Es identificarse con el escritor, amar la lectura, sentirte dentro de la historia y vivir el momento
AINARA.

LEER ES VOLAR 


Es ir volando a otros mundos donde te pierdas y te transformes en otros, donde vivas miles de historias diferentes sin moverte.
LOURDES NAVARRO.

Es estar siempre en una nube. Desconectar de la realidad.
SILVIA MATEO.


LEER ES DIVERTIRTE


Cuando leemos nos divertimos, con lo que ocurre en cada libro, en cada momento. Y todo esto nos engancha a leer más.
SHEILA.

LEER ES APRENDER


Es aprender que puedes vivir más de una vida y que dentro de los libros no solo hay letras, sino historias y personajes parecidos a ti, para ponerte en su lugar y saber cómo viven su vida.
SILVIA CASADO.

Es aprender valores fundamentales para la conducta humana.
            PABLO.
(Que el día de la foto no vino a clase.)


Gracias a todos por vuestras respuestas y por vuestra colaboración



miércoles, 12 de octubre de 2016

POEMA COLECTIVO. 1º BACHILLERATO. ALUMNOS DE LITERATURA UNIVERSAL



Tu amor se fundió entre mis dedos
al compás de las olas del mar
Tus ojos...estrellas del amanecer
luces que quizá vinieron del norte.
Vida es viaje
Vida es camino
Luna es sueño
Luna es mar

Desde siempre el hombre de sombra en la mirada busca un verde prado para descansar.

Eras el barco que guiaba mis sueños
Todas las ilusiones se quedaron en nada
Me perdí entre tus manos
Naufragué en tus pupilas
Y descubrí una procesión de ciegos
que traficaban con la luz

Se apaga el cielo descolorido
cálido reflejo de mis ojos
Mi boca se pierde en tu infierno de amor
Amor como fuego que quema
que abrasa sentimientos

Esta sala se hunde con mis lágrimas
Y yo...me ahogo en el silencio roto
en el vacío eterno
en esta soledad sin límites.

Imagen: Google

DEFINIMOS POESÍA- ALUMNOS DE 1º DE BACHILLERATO C



La poesía es describir un sueño, es algo bonito que tiene la vida y que sirve para expresar sentimientos, es una parte más de este curioso mundo, es un sueño perfecto mientras estás despierto, es disfrutar de la vida expresando todo lo que esconde el alma, es mi mundo de imaginación, es un viaje al olvido, es un camino de rosas, es una composición de sentimientos y emociones que el autor transmite a todos sus lectores, es alimento para mi cerebro, es un sentimiento plasmado en papel, es la emanación de versos pasionales en el cuerpo de un poeta, es el camino que abre tu corazón, es una salida para los sentimientos más profundos, es el barco donde se escapan mis sentimientos, es alegría mientras estás leyendo.

lunes, 23 de mayo de 2016

VI CERTAMEN DE NARRATIVA DEL IES PADRE POVEDA. CURSO 2015/2016

Dos de mis alumnos ganan el VI certamen de narrativa del IES Padre Poveda. Ambos premios pertenecen a la misma modalidad: Categoría B: Segundo Ciclo de Secundaria. En concreto estamos hablando de 3º de la ESO.
FELICIDADES POR VUESTRO PREMIO, POR LA CALIDAD DE  VUESTROS TEXTOS Y POR LA EMOCIÓN QUE SIEMPRE DEPOSITÁIS EN TODO LO QUE HACÉIS.
ENHORABUENA CHICOS!!!!

MARTA GARCÍA QUIRANTE


                                              LA GALENA DE ROMA
 
            Era un día nublado, triste y tenebroso. Los legionarios avanzaban hacia un bosque espeso, infranqueable. La tierra del camino se adhería con una gran facilidad a las sandalias.
Cayo marchaba raudo. Un único objetivo asolaba su mente, el de devastar un poblado íbero. Finalmente, tras varios minutos de recorrido, consiguen llegar al emplazamiento.
            Una espada acompaña a cada uno de los soldados, que emocionados ante la operación que posteriormente realizarán, deseaban ser eficaces, por lo que los escudos, las lanzas y los estandartes romanos  permanecieron en el campamento.
            Ante sus ojos apareció la población. Era un conjunto de moradas amontonadas entre sí.
No había rastro de ningún hombre. Supusieron que estaban realizando otros labores que requerían el adentrarse en otros lugares.
            A los soldados les pareció una buena idea, pues no tendrían que luchar cuerpo a cuerpo con ellos. Además, así se reduciría el número de bajas entre las filas romanas.
Sin más dilación, los legionarios empezaron a segar vidas de mujeres, niños y animales.
Cayo, como buen general que era, ajustició a numerosas personas. Sin embargo, una de ellas tenía adherido, como si sus últimas fuerzas conllevaran algo,  a un bebé de unos pocos meses.
            La mirada y la sonrisa de la criatura ablandó el corazón del oficial y , en vez de ejecutarla, optó por cuidarla. Él no había tenido hijos, su esposa no podía concebir y había matado a la madre de la criatura.
            Finalizada la masacre del pueblo íbero, los soldados romanos retornaron al campamento.
Cayo, emocionado ante la adquisición, decide llevarse junto a él al bebé. Considera que debe  protegerla  pues cree que en Roma una mejor vida le podrá proporcionar.

            Un nuevo día amanece  en Roma. Los rayos del sol se posan en el dorado cabello de Cornelia.
            Hace 17 años que su padre adoptivo la trasladó desde la actual Hispania hasta la capital del Imperio Romano. No se siente decepcionada con él, es más, ni se lo plantea. Es duro perder a los padres biológicos, sin embargo, Cayo le facilita una buena educación. Además de amarla y respetarla.

            Cornelia tiene un sueño, no el establecido por las propias patricias romanas. A ella le encantaría  ejercer el oficio de médico en las legiones. No es camino fácil de recorrer, pues está totalmente prohibido que una mujer lo pudiera llevar a cabo. Pero tenía que honrar el nombre de su familia y no le sobrevenía  una mejor forma de realizarlo. ` ¿Qué  mejor que salvar una vida para sentirme  plena?´, se decía a sí misma.
            Su padre le había enseñado desde muy pequeña que una guerra no sólo se ganaba al vencer al enemigo, sino al ayudar y cuidar a los soldados malheridos.
            Esta noche no había dormido debido a la negativa del Senado. Esta institución se  resistía en  abolir la ley que prohibía  la práctica de la medicina en las mujeres, indistintamente de la elevada posición social que tuvieran. Sin embargo, ella rehusaba darse por vencida. Siempre había sido una niña muy obcecada y testaruda, cuando quería algo no paraba hasta conseguirlo, y este caso no iba a ser menos.
            A pesar de las advertencias de los senadores, que cada vez eran más habituales, Cornelia siguió con su objetivo. Muchos fueron sus mentores, uno de ellos su gran amigo Atilio. Él procedía de la Galia, de una ilustre familia que ejercía la medicina desde tiempos muy remotos. Atilio le   enseñó  todo lo necesario para atender a los legionarios, por ejemplo, cuando una extremidad debía amputarse.
No obstante, el camino para ejercer su amada profesión no fue fácil. Muchos opositores pretendieron atentar contra su vida en numerosas ocasiones. Por ello, decidió continuar sus estudios en Atenas, donde Areteo de Capadocia le adoctrinó.
            Un día, encontrándose Areteo de viaje, el gobernador de Grecia se presentó ante Cornelia, alegando que su esposa se encontraba de parto y ningún médico encontraba el remedio para que la mujer no perdiera más  sangre. Inmediatamente, la protagonista se desplazó hasta el lugar.
Allí, varias personas la recibieron, entre ellas la parturienta. Ésta se encontraba débil, además de enferma. Minutos después, Cornelia apareció con una criatura entre sus brazos. Todos los presentes se asombraron, ¿cómo una fémina pudo asistirla en esas condiciones, en la que se daba por fallecida a la esposa del  cónsul? Muy sencillo. La protagonista empleó numerosas hierbas  para el proceso. A continuación, las infundió y se las dio a beber a la enferma. Tal efecto producían las plantas que, en varios minutos, expulsó al bebé.

Tras el episodio con la mujer, su nombre fue aclamado en las calles de Grecia. Todas las personas deseaban que Cornelia las tratase.  Esta situación no tardó en desaparecer, pues la envidia no es buena compañera. Muchos galenos  se rebelaron contra ella.  Manifestaron que las mujeres estaban inhabilitadas para ejercer la medicina  y que los pacientes de Cornelia se encontraban hechizados por la misma. Por todo ello, la protagonista tuvo que abandonar  su ocupación y dirigirse a Egipto, concretamente a Alejandría.
Su fama traspasó límites. En su estancia en la población egipcia pudo aprender  de  numerosos eruditos.
            Tras una década fuera de su añorada Roma, decide volver.  En esta ciudad, determina completar  su formación, para que finalmente pueda unirse a las legiones. 
De nuevo, la diosa fortuna no se  apiadaba de ella: parte de la población padecía una grave epidemia.  Mientras que las personas con una elevada posición social podían permitirse médicos que contrarrestaran sus  síntomas, los restantes morían. Todos estos injustos hechos Cornelia no podía soportarlos. Por ello, decidió establecer en su propia domus una consulta en el que podía atender a los aquejados. Gracias a su pasión y su amor por la medicina pudo salvar  innumerables vidas. 
Tras finalizar este episodio, y con brillantes hazañas en su historial, decide volver a enfrentarse de nuevo con el Senado.  Éste, tan terco como antaño, decide que la única solución para que Cornelia desaparezca sea  su ingreso en una legión para asistir a los heridos.
            Días  más tarde, la protagonista  marchaba  junto a una legión, la III, a través de un inhóspito sendero. La oscuridad reinaba en el lugar.   De pronto, unas flechas surgieron  de la maleza, alcanzando a varios soldados. Todo esto ocurrió de una forma veloz. Los atacantes, además de abatir, raptaron a los supervivientes, excepto a Cornelia. Ésta se encontraba escondida en un arbusto, por lo que no pudieron localizarla.  A continuación, abandonó su posición. Ante ella apareció una escena que desde entonces todas las noches asola su mente: las cabezas de los legionarios se encontraban ensartadas en unas ramas de árboles y los estandartes romanos  destrozados.
            Varios días después, gracias a su constancia, consiguió acceder al campamento romano.
No fue una bienvenida calurosa, puesto que  era una mujer. Sin embargo, pudo recuperarse  debido a la gran cantidad de comida y vino que le ofrecieron.

Varios años después, en una villa  de Roma...
-¡Ahh! Por Cástor y Pólux. ¡Qué daño!
-Lo siento. Vuestra herida se encuentra en un lugar muy remoto y es imposible curarla sin que la roce.
Cornelia se levantaba. Ya había realizado su labor. Desde ahora, la Fortuna le sonríe. Gracias al tesón de su padre y sus aliados en el Senado, la ley que prohibía el ejercicio de la mujer en la medicina no existe. En la actualidad, es una galena muy importante en la sociedad romana. Ahora, todas las personas, indistintamente de su posición social, la reclaman. Hace unos minutos, había atendido a uno de sus mayores oponentes. Éste incluso había contratado sicarios para finalizar la vida de la muchacha.  Pero Cornelia, muy eficaz en su oficio, para vengarse de él hizo que sus heridas dolieran más.



PABLO LÓPEZ MEDINA


Historia de un pícaro en el s. XXI

Mi nombre es Pedro Carrasco, y nací en un pueblo de Toledo. Era el menor de cuatro hermanos, hijos de Paco Carrasco y Josefina Hurtado, ambos de profesión lecheros.
A los seis años fui por primera vez a la escuela, algo que de agradable tuvo poco para mí. No es que fuera mal estudiante, sencillamente no mostraba interés. Cosas malas me pasaron en la escuela; por suerte, por cada cosa mala me venía una buena: entablé amistad con un chavalico llamado Martín González, originario de una ciudad más al sur, con un nombre difícil de memorizar. Todos mis compañeros eran muy buenencicos y daban coba a los maestros. Yo ni era un diablo ni tampoco un santo, pero a los maestros les sentaba mal que no sintiera admiración hacia sus personas. Martín era todo lo contrario a aquellos mis compañeros. Pensábamos igual y compartíamos aficiones. Aún recuerdo las buenas tardes que pasábamos importunando a un chico llamado Enrique el Bolilla (desconozco el significado de este mote). No era un estudiante brillante, al igual que un servidor; la razón de nuestras burlas era que nos daba rabia su persona (hago este apunte para aclarar que no hacíamos maldades por envidia). Eso sí, el Bolilla no se cruzaba de brazos y nos daba buenas zurras. Al llegar a casa, nuestros padres también nos zurraban por meternos con los demás niños del pueblo.
A los quince años mi padre me puso a trabajar en el campo, donde ya trabajaban mis otros hermanos. Sembrábamos verduras y hortalizas, y elaborábamos cestas y otros objetos con lino o esparto. Todo eso lo vendíamos posteriormente en el mercado.
A Martín tampoco le gustó demasiado su trabajo como carpintero. Éramos inocentes, soñadores, ilusos, y creíamos que sabiendo contar hasta diez o recitando el abecedario llegaríamos muy lejos. Deseosos de hacer algo importante en la vida, nos marchamos del pueblo para no volver más. Decidimos tirar hacia el sur, porque queríamos ver el mar desconocido para nosotros, ya que no conocíamos más mundo que nuestro pueblo. Queríamos ir al sur, pero nuestra inexperiencia en orientación nos condujo a Oropesa. La caridad de las personas es tan grande que ni se molestan en parar sus vehículos al ver a dos jovencillos plantados a un lado de la carretera haciendo señas. Los coches fueron lo más increíble que vimos al irnos de casa. Desde que me alcanza la memoria, nunca había visto ninguno, y la primera vez que pasó delante de mí un coche me emocioné.
En llegando a Oropesa, nos topamos con una feria ambulante a la que decidimos unirnos, ya que teníamos entendido que se dirigía a Granada. Nuestra tarea era muy importante: éramos los chicos encargados de los abrigos. Puede parecer que no tiene tanta relevancia dicha tarea, pero yo puedo demostrar lo contrario: mucha gente bien inocente, o bien descuidada, nos dejaba sus abrigos con carteras llenas de dinero. Nosotros, dos pícaros por naturaleza, minuciosamente registrábamos todos los chaquetones que a nuestro cargo se quedaban. Eso sí, tomábamos precauciones: sólo nos hacíamos con una pequeña parte del botín, para evitar posibles sospechas. Y por supuesto, nuestro jefe no sabía nada de nuestras fechorías. Ese grandísimo avaricioso (más avaricioso y se convierte en rata) nos pagaba nuestras horas de trabajo con unas cuantas monedillas, y lo hacía cuando quería. Podría decirse que Martín y yo nos tomamos la libertad de subirnos el sueldo.
Por desgracia, nada es eterno: un buen día, uno de los visitantes de la feria nos pilló durante una de nuestras faenas. Tal fue el cabreo que pilló el hombre que nos agarró a cada uno de un brazo y nos llevó en volandas hasta la caravana-despacho de nuestro jefe. Nos calificó como “esos dos sinvergüencillas que registraban los abrigos”. El jefe nos echó de la feria y nos abandonó en mitad del campo. Eso sí, tuvo un buen detalle: como aquella tarde estaba refrescando, antes de irse nos dejó bien calentitos. Nos golpeó con todo lo que pilló menos con las manos. Íbamos por el campo que parecíamos dos personajes sacados de un cuadro de Goya. Éste fue el primer palo que nos llevamos, y desde luego no sería el último.
Con el dinerillo que habíamos ganado, decidimos hacer realidad nuestro deseo de ir hacia el sur. Nuestro siguiente destino fue Granada. Es curioso que en estos meses que llevamos fuera de casa hayamos visto más mundo que en toda nuestra vida. Allí en Granada, en las principales calles hay multitud de artistas callejeros, o simplemente gente que pide limosna. Rápidamente entablamos amistad con toda esta gente. Pronto, la falta de dinero pasó factura: la amistad se fue tensando. Martín y yo comprendimos que tendríamos que poner en marcha otro engaño. No fue difícil: de vez en cuando, Martín formaba un escándalo en la calle (por ejemplo, fingía desmayarse). Entre la confusión, yo iba limpiando los ceniceros o sombreros en los que nuestros compañeros de la calle guardaban sus ganancias. Esta vez no era necesario tomar tantas precauciones, ya que era difícil sospechar de dos chavalicos jóvenes e “inexpertos” (ya se sabe el por qué de las comillas) con tanta gente en la calle. El dinero no era problema; la comida, sí.
En la feria, nuestro jefe era el más tacaño del mundo para pagarnos, pero con la alimentación era más generoso: todos los días nos metíamos una buena ración entre pecho y espalda. Aquí era diferente. Pasamos una semana sin nada que llevarnos a la boca, hasta que un día descubrimos la tienda de alimentos precocinados de la señora Rufina. Todos los días íbamos a visitarla, y nos daba algo de comer. << Anda, criaturicas, comed, comed, que en edad de eso estáis >>, decía. Nuestra intención era pagar, pero la buena doña Rufina se negó en rotundo a aceptar nuestras monedillas y nosotros no insistimos demasiado.
Como dije anteriormente, nada es eterno, y esta vez no iba a ser diferente: conocimos a Rodolfo, el marido de Rufina. A este “maravilloso y atento” hombrecillo le atormentaba día y noche la idea de que dos pillos se aprovechasen de su inocentona esposa. Se notaba mucho las ganas que tenía de deshacerse de nosotros, y lo consiguió: un buen día para él y malo para nosotros, ese perro viejo nos pilló en una de nuestras estafas. Como buen pregonero, anunció a voces lo que había descubierto, y nos obligó a huir. Era eso, o acabar calentitos de nuevo.
Con los dinerillos ahorrados, pudimos permitirnos un taxi. Nuestro siguiente destino fue Cabo de Gata. Al fin vimos el mar, que tantas ganas de ver teníamos. En la playa nos fue bastante bien: conseguimos “empleo” (entre comillas porque todos sabían que trabajábamos allí menos el jefe) en un chiringuito de playa. El jefe no es que tuviera pocas luces, lo que pasa es que siempre estaba demasiado ocupado como para fijarse en nosotros. El resto de camareros no nos delataron por dos razones. La primera, porque les hacía mucha gracia nuestro ingenio. La segunda, porque cada dos o tres días nos sentábamos en una de las mesas como clientes, y comíamos a la carta. Pagábamos los servicios de los camareros con nuestros ahorros.
Como no éramos empleados, no recibíamos sueldo. Eso no era problema, porque los clientes nos daban buenas propinas. Esas propinas constituían nuestra principal fuente de ingresos. Teníamos otra fuente más: todas las mañanas recorríamos la playa en busca de conchas y piedras bonitas, y luego elaborábamos baratijas (collares, pulseras…) que vendíamos a los bañistas. A pesar de lo que parece, también era una buena fuente de ingresos. Poco a poco fuimos amasando una pequeña “fortuna”.
Si algo he aprendido a lo largo de todo este tiempo es que el dinero es el centro del mundo: muchas personas hacen locuras por dinero. En menor medida, nosotros también hemos sido así, puesto que el objetivo de nuestros engaños y estafas era ganar dinero. Esta dependencia hacia el dinero surgió en el momento en el que nos independizamos; cuando éramos pequeños, no apreciábamos un puñado de monedas tanto como ahora. En conclusión, el dinero tiene un papel tan importante en nuestras vidas que es capaz de mover montañas.
Tras este pequeño inciso, sigo narrando: tras una temporada en la playa, nos cansamos de ella y nos fuimos en busca de otro trabajo. Durante cinco años estuvimos trabajando en todos los trabajos que se puedan imaginar. Además de evolucionar como personas, lo hicimos también intelectualmente. Dejamos a atrás a aquellos jovenzuelos catetos que sólo sabían contar hasta diez y recitar el abecedario.
Por aquellos tiempos conseguimos el mejor trabajo que habíamos tenido hasta el momento: mecánicos. Para mí, reparar coches tiene su encanto. Es una gran sensación la que te entra cuando piensas que el dueño del coche estropeado depende de ti. No me habría importado dedicarme más tiempo a la mecánica, pero me surgió algo mejor: la política. En efecto, vuestra merced ha leído bien. No parece lógico que un mecánico llegue tan lejos, pero bien sabido es que en la política puede meterse todo aquel que lo desee. Fue bastante divertida la forma en que comencé en este mundillo: mi último trabajo como mecánico consistió en reparar el motor de un coche que resultó ser el de un político. El nombre de dicho político me sugirió que podía ser de descendencia católica. Los políticos por lo general van bien peinados, trajeados… en definitiva, guardando las formas. Pero este que yo me encontré no parecía estar envuelto en esto de la política por su peinado (una coleta baja) y su forma de vestir. Esa misma mañana estuve leyendo el periódico y quise hacerme el inteligente delante de él: que si no se qué del IVA, que si no se qué del IBEX, que si no se qué de la PAC… Tal fue el asombro de este político de ver un mecánico tan entendido en economía que me ofreció unirme a su partido. Al parecer ya mismo había elecciones, y este político quería sustituir a un tal Eloy o algo así como presidente.
Cuando nos reuníamos en el Congreso de los Diputados, todo el mundo hablaba de términos que yo desconocía. Es más, si hubiera alguien que hablara japonés le entendería mejor. A pesar de las dificultades, desarrollé una técnica infalible: cada vez que se dirigían a mí, miraba fijamente a la persona que me hablaba y asentía. Cuando acababa, independientemente de lo que dijera, yo le daba la razón. Algunos que ya dominaban esta técnica dieron el siguiente paso: jugar a juegos en el móvil. Recuerdo que una vez me llevaron a la Cámara de los Eurodiputados, y me tocó hablar con un político del Reino Unido. No sabía inglés, así que tuve que improvisar: llevé a cabo mi técnica de asentir y dar la razón, pero como no sabía decir “tienes razón” en inglés, se me ocurrió repetir las últimas palabras que dijo mi interlocutor. Así lo hice, y el inglesico me miró con cara de perplejidad y se fue.
Mientras yo me codeaba con los políticos, Martín seguía en el taller. Intenté meterlo a él también en mi partido y no hubo problema: al parecer esto de la política funciona por enchufe.
Ya casi podíamos considerarnos políticos, pero nos faltaba el último paso: hacer una estafa.
Algunos blanquean capital, otros crean paraísos fiscales en Andorra o Panamá… Y yo me pregunté ¿y por qué no hacer eso mismo pero más cerca de España, o incluso dentro? Así lo hice. Metí dinero negro en una cuenta bancaria en un pueblo que ni conocen los que viven allí. No me acuerdo de cómo se llamaba. Me salió mal la estafa y me pillaron. Me obligaron a devolver todo lo robado, pero no tenía ningún duro. Por eso, los de mi partido se tuvieron que hacer cargo de la deuda. Tras una serie de pagos y visitas a los juzgados, quedé libre de cargos y volví a mi taller, donde estaría más tranquilo (en realidad los de mi partido me echaron).
Después de políticos, Martín y yo trabajamos en muchos más sitios, pero creo que ya me estoy alargando demasiado, así que para que descanse vuestra merced de tanta lectura, ya contaré esas historias en otra ocasión y aquí me despido.


















martes, 17 de mayo de 2016

CONCURSO FOTOLECTURAS 2016

Os presentamos las fotografías ganadoras en la Cuarta Edición del concurso Fotolecturas, que se celebra en el IES Padre Poveda durante la Feria del Libro. Consiste, como sabéis en presentar una fotografía protagonizada por la lectura. 

FOTOGRAFÍA GANADORA EN EL PRIMER CICLO DE LA ESO: TOMÁS NOGUERAS. 2ºC
El jurado ha valorado el ambiente nocturno, el cielo estrellado, por supuesto la calidad de la fotografía y el mensaje que transmite: Leer en cualquier lugar y en cualquier momento. Se ha valorado igualmente la lectura en contacto directo con la naturaleza. Enhorabuena!!!



FOTOGRAFÍA GANADORA EN EL 2º CICLO DE LA ESO: MÓNICA HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ. 3ºA
El jurado ha valorado la originalidad de la foto y cómo la autora ha sabido transmitirnos la fuerza que encierran las palabras. Felicidades!!!!