Los micromachismos son formas de violencia de género que suelen pasar desapercibidas en la vida cotidiana. He pedido a los alumnos de 1º de Bachillerato que inmortalizaran algunos de ellos a través de microrrelatos. Han salido todos estos temas:
-La depilación femenina exigible.
-Recriminar que aún no se tenga novio.
-Recriminar que aún no se haya tenido un hijo.
-Echar en cara que el bikini es un bikini.
-Que el lenguaje no sea inclusivo en la escuela y se utilice solo el masculino plural: los niños.
-La extrañeza cuando un niño se matricula en un curso de cocina.
- Los regalos que son prendas de vestir siempre rosas para las chicas.
-El trabajo de "niñera" que también puede ser desempeñado por un chico.
-La gente que se extraña cuando es el padre el que cambia el pañal del bebé.
-Dar por hecho que los dueños de empresas de éxito son siempre hombres.
-Que inviten a alguien a una comida y siempre se le dé la enhorabuena a la señora de la casa.
-Que él se niegue a que ella lo recoja con su coche en el trabajo.
-Que la cuenta la pasen siempre al hombre.
-Que una mujer le declare su amor a un hombre. Parece que no lo encajamos bien.
-Que él te diga lo que te tienes que poner.
Transcribo aquí el de Elena Requena:
Vuelvo a casa después de un pequeño paseo y veo cómo Emma se sienta en su cama. La observo sentarse despacio en la cama, mirando preocupada su móvil. Me acerco para ver qué ocurre, ella me nota, me mira y me sonríe tristemente. Observo su móvil. Parece que está hablando con alguien. Quisiera preguntarle cuál es el problema. Ella se levanta de la cama para ir al armario. Yo me tumbo y me acomodo en su cama. Está mirando los vestidos. No tiene muchos. Coge 3 y se mira por encima de ellos. Parece ser que ninguno le gusta. Se va a la parte más profunda del armario. Saca un vestido muy apegado. Veo su cara. Recuerdo que ese vestido se lo regaló su ex-novio. Su cara no muestra alegría. Sé que a ella no le gusta. Se cambia y se mira en el espejo. Me mira y me pregunta si me gusta. No le respondo. Giro mi pequeña cabeza hacia la almohada. Se dejó el móvil encendido. Estaba hablando con alguien: "Quiero verte con ese vestido que te regalé, sabes que me gusta verte con esa ropa interior. Seré un caballero. Te abriré todas las puertas. Voy a cambiar. No me dejes, nena". Y me doy cuenta de lo que está pasando. Su ex-novio la está volviendo a controlar. Voy corriendo a ella y le muerdo el vestido. Ella me empieza a regañar. Vuelvo a su cama. Cojo su móvil con la boca y se lo dejo a sus pies a la vez que niego con mi cabecita. Ella me mira confusa. Empiezo a maullarle de manera que ella entiende que hay algo mal. Sonríe. Me acaricia.
-No te preocupes, señor bigotes.
Se viste con pantalones y con su sudadera favorita. Se gira y me dice:
-No habrá una segunda oportunidad.
Vuelvo feliz a la cama de mi dueña.
Confío en ella.
Y ten cuidado....que este gato te puede arañar.