Una carta de amor es algo personal, íntimo y profundo. Es algo que quizá ya no está de moda. Sin embargo he pedido a mis alumnos de 1º de Bachillerato (Humanidades-Literatura Universal) que escriban una, para desnudar sus emociones. Leyendo el resultado me da la sensación de que han encontrado la inspiración en el amor que sienten y de esta forma han logrado superar su timidez y su miedo. Por esto quiero agradecerles su participación, su colaboración y esa disponibilidad que demuestran ante cualquier propuesta que les lanzo. Gracias por escribir con emoción y con sinceridad sobre lo que contiene vuestro corazón. Es profundamente emocionante leeros.
De verdad os lo digo.
ALEJANDRA TAPIA
Querido amor:
En esta carta
te escribo todo lo que siento por ti, todo lo que me haces sentir. Como ninguna
otra cosa es la sensación que siento al verte, al oírte, al hablarte. Una
emoción que pasa como un huracán en mi cuerpo. Un cúmulo de sentimientos:
felicidad, ilusión, diversión y sobre todo amor. Tú me has hecho sentir como
nadie lo había hecho nunca, estás abriendo las puertas de un mundo nuevo, y
quiero que me guíes por él para seguir descubriéndolo juntos.
Eres la persona
con la que me encantaría pasar todo mi día, la que me hace sentir bien, a la
que se lo puedo contar todo. Desearía poder pasear todos los días contigo, que
cojas mi mano para sentirte conmigo, para evadirme de la realidad, para que
sienta que el mundo se ha parado, que solo existimos tú y yo. Cuando estoy
contigo no pienso nada más que en ti y en lo que me haces sentir, poder mirarte
a los ojos y saber que sientes lo mismo, que me quieres tanto como yo te quiero
a ti.
Has cambiado mi
mundo, le has aportado todo lo que le faltaba, poco a poco te has ido ganando
un hueco en mi vida y en mi corazón. Eres muy importante para mí, eres la pieza
que completa mi vida y yo también quiero serla para ti. Quiero que sepas que me
has hecho mejor persona, que estas aportando infinidad de cosas a mi vida, que
me encanta como eres. Y quiero decirte que te quiero muchísimo y que estoy
enamorada de ti.
MARÍA RODRÍGUEZ
Mi adorado
tesoro:
¿Es esto amor?
Yo no lo sé. Quizás me confundo. Quizás es capricho, quizás enfermiza obsesión.
Aunque ¿qué amor no tiene ni una pizca de atolondramiento?¿ En qué historia los
sentimientos son fríos? Sea lo que sea soy adicta a él, soy adicta a ti. Eres
mi cocaína y mi heroína. Mi mezcla de euforia y relajación. Eres tóxico e
intrusivo en mi cabeza porque no puedo pensar si estás cerca y tampoco cuando
no lo estás. Mi único estímulo son tus manos, tus labios son mi colchón. Tu
estela de besos por mi espalda me acompaña, día y noche te siento contra mí.
Vuelve a por mí
¿acaso vas a abandonarme? Siento que haría cualquier cosa para ocupar un solo
pensamiento tuyo. Tú, que eres todo lo mío, permíteme ser todo lo tuyo. Ámame,
pon tus palabras en mi oído con voz profunda y callada, que nadie lo escuche,
quiero que sean solo mías, serán un regalo para los días de tormenta, para las
noches oscuras y para las mañanas sin fin, en las que no te tenga junto a mí.
LIDIA PÉREZ
En este escrito hoy te dedico nuestros mil
recuerdos . Este día manteníamos el amor , las ganas , la pasión , la alegría .
Ahora todo se desvanece . Hace un año que éramos el uno para el otro , que
nuestros besos nos llenaban por completo, que el lugar no importaba si eras tú
la compañía , que los detalles eran lo de menos porque mi mayor regalo ya lo
tenía , y eras tú . Este presente te ha dejado en un pasado y todos los paseos
por el parque, los viajes agarrados de la mano y las risas con dolor de estómago
se han ido con él . En este momento sólo podemos vivir de los recuerdos que un
día nos hicieron tan felices . Me toca decirte adiós , aunque una parte de mi
se haya ido contigo . Y es que el tiempo nos da la opción de cohibirnos y
alejarnos de todo o de asumirlo y aceptar la realidad . Fuiste una gran etapa
de mi vida , podría decir que la más feliz, aunque también la más dolorosa .
Pero, ¿y qué es la vida sin dolor? . Me has enseñado muchas cosas : a valorarme
, a quererme a mi misma , a no tener que depender de nadie para ser feliz , y
en ese aspecto te lo agradezco . Ahora río todo lo que un día sufrí por ti . Me
alegro de haber salido sola de esos días en los que todo se volvía más difícil,
en los que la cama era el único rincón donde podía sentirme segura, en los días
en los que el mundo se te echaba encima y tú ausencia cada vez era mayor .
Pensaba que ese dolor nunca acabaría , que esa decepción seguiría
atormentándome por el resto de mis días , que ya llegaba a mis límites y que no
podía más , pero es mentira , siempre se puede , solo es cuestión de tiempo
para que la herida vaya sanando . Fuiste la llaga llamada “mi primer amor” , el
que no se vive dos veces, con el que lo vives todo con más intensidad y todo
parece eterno , aunque en el fondo sepas que nada es para siempre . Hace cinco
meses llegó nuestro final , ese que tanto miedo teníamos de hablar cuando
estábamos tan enamorados, pero todo llega pronto o tarde y es imposible
evitarlo . Solo me queda decirte que espero que te encuentres contigo mismo,
que a tu próximo amor lo valores de verdad , y que nunca te cierres en sentir
algo , porque los sentimientos son algo que no podemos controlar . Con esta
carta me despido de ti un 14 de febrero , después de tres años de locura y
emociones . Feliz san Valentín y feliz vida .
ANTONIO GÓMEZ
髝 . Cat(ɐ)rsisʾʾ
Querido amor:
¿Qué me has
hecho? que ahora soy diferente. Las nubes se están acumulando en el cielo, pero
el mayor diluvio brotará de mis ojos. Ahora no puedo vivir sin sentir dolor, es
la única manera en la que consigues hacerme sentir vivo.
Somos ángeles,
así que córtame las alas mientras la lluvia cae. El cielo se cae. Siempre.
Durante todos los días. ¿Aguantaremos en este infierno?
Si estamos
muertos o estamos vivos. Estamos juntos. ¿nos separaremos?
¿Qué me has
hecho? La tierra me traga, pero no me muevo. Es porque te estoy mirando a lo
lejos. Quieto. Luchando contra tus demonios y conquistando los míos. Pero
después me golpeas porque te enfadas y te enfadas porque me golpeas. Y yo
lloro, pero me gusta. Me arrancas las alas mojadas por la lluvia que no deja de
caer cuando estamos más cerca del cielo. Y el mundo se vuelve una pesadilla.
¿Qué me has
hecho? Que me acaricias y estoy bien de nuevo. Me machacas o me abrazas y sigue
estando bueno. Más cielo.
Y te hundes.
Y diluvias.
Y caemos.
Y solo queda
crueldad en los labios, bala en el pecho, flecha en el cráneo; amor deshecho.
Amor, ¿qué me
has hecho?
PAULA GARCÍA
ME ASUSTA Querido amor: Siempre he pensado que enamorarse no es muy difícil. Lo realmente
difícil es salir completos de una historia de amor. Es por eso que la gente a
veces no se atreve a enamorarse y el mundo está falto de amor por esos cobardes
que no se quieren arriesgar. Deberíamos dejar que el romance fluya, cambiar
nuestras preocupaciones por latidos y sentimientos de amor, hasta que nos salga
bien. Y nos salió bien, porque en ese caos del que yo estaba rodeada,
apareciste tú, y no te diré que mi vida o el mundo se arregló, pero en cierto
modo, todo a mi alrededor me dio un poco más igual. Cuando me decías que esto
iba a durar por siempre, me asustabas, porque sabes que tarde o temprano, todo
termina. Y no quiero. No quiero echar en falta tus “te echo de menos” o tus “te
quiero” a deshora. Tus abrazos fuertes, tus besos inesperados y tus mensajes a
las cinco de la madrugada. Sé que es difícil llegar del todo al corazón de
alguien, pero tú lo has hecho. Y me he enamorado. Me he enamorado de tu forma
de eliminar mis miedos sin a ti importarte los tuyos, de tu forma de mirarme,
haciéndome sentir la chica más importante del mundo, y de tu forma de hacerme
reír cuando estabas peor que yo. Con el tiempo me he dado cuenta de que no
elegimos de quien nos enamoramos, pero si nuestro corazón. Te enamoras de la
esencia de esa persona, de la sensación que provocan sus manos cuando tocan las
tuyas, de la manera en que ha sabido llenarte un poquito ese vacío que tenías
dentro como ninguna otra persona ha sabido hacerlo. Ahora te has convertido en
todo lo que yo no soy, en los besos y abrazos que jamás me podré dar y en el
lugar al que siempre querré volver. ¿Qué me has hecho? Ahora tengo miedo, ese
del que he hablado al principio. Tengo miedo de no salir completa de una
historia de amor. De la nuestra. Me asusta no volver a verte o no volver a
pronunciar tu nombre con el cariño con el que lo hacía. Me asusta no volver a
sentirme viva sin tí. Me asusta que en un futuro, haya dejado de existir un
nosotros. Me asusta saber que al cruzarnos, nuestras manos vayan agarradas de
otras. Me asusta que esas miradas de amor y viveza que van hacia mí, vayan
hacia otra persona. Me asusta tu ausencia, porque si soy algo en esta vida, es
una parte de tí. Pero sobre todo, me asusta saber que no encontraré a alguien
como tú. Sé que somos reemplazables, pero también irrepetibles. Y es ahí, la
pequeña diferencia. Por eso te elegiría a ti, y mil veces a tí.
ALBERTO LUQUE
INCONQUISTABLE
Querida:
Te echo de menos. No han pasado ni cinco minutos desde que, con tu dulce voz,
te despedías de mí y ya te echo de menos. Es probable que no sea adecuado
escribirte lo que siento, pero creo que no soy capaz de contenerlo más en mí sin
explotar.
Quisiera poder verte más a menudo,
pero entiendo que no es posible. Cuando cruzamos palabras, el cielo se tiñe de
blanco; cuando nos separamos, se torna de un negro del cual temo. La hora que
habitualmente pasamos juntos no es una hora. El tiempo me engaña y juega
conmigo; son unos minutos que se escapan como si no tuvieran importancia. Da
rabia tenerte delante cada semana y no tener la valía de hacerte saber cuán
inmenso es el amor que siento por ti. Estoy cansado de hablar siempre de lo mismo:
el bachillerato, el conservatorio, profesores… mas hasta ahora he sido incapaz
de decírtelo, y por ello, te lo escribo, para que quede testimonio verdadero de
lo que siento.Cada día que pasa te veo más alejada de mí, más imposible. ¿Por
qué? No lo sé. Aunque acabe de verte,necesito volver a hacerlo, para
vislumbrar, aunque sea, un tenue rayo de luz en esta tiniebla que envuelve todo
lo que hay mi alrededor. Tú haces que lo malo tenga algo bueno, y que lo bueno
sea perfecto, pero perfecta eres tú: más bella que la flor más hermosa que
habita los campos de este mundo; más dulce que la propia miel; más hermosa que
la luna llena en una noche despejada. Tu voz, la más tierna y suave de todas,
me ensordece de tal manera que solo puedo escucharte a ti; tu sonrisa, que
resplandece más que el mismísimo sol, me ciega de todo, haciendo que solo te
pueda ver a ti.
Quisiera poder reír y matar el
tiempo contigo con más frecuencia, pero un abismo nos separa. Nos divertimos
juntos, lloramos de la alegría, reímos hasta que nos duele, mas, ¿por qué estás
a tanta distancia de mí? Necesito verte y tocarte, para saber que todo lo que
ocurre es un sueño, que no estoy enamorado de ti y que no me conoces porque, de
lo contrario, ¡qué desgracia la mía, no poder tenerte! ¡Qué sufrimiento el mío,
no poder alcanzarte! No estar contigo crea un escenario desolador, frío y vacío
en mi interior. Ello me consume en un llanto imparable e irremediable que
únicamente me suscita a no ser yo, a no mantener mi ser habitual; me suscita al
cambio. Nadie sabe esto, solamente yo y, ahora, tú. Te fuiste no hace más de
unos minutos, infinitos para mí, pues siento que el tiempo corre más despacio
con la intención de hacer más desgarrador mi estado ahora, y ya necesito
percibir la mejor personalidad de todas las que he conocido hasta hoy. Eres
única entre todas, especial diría yo. Tu manera de ver los males, las cosas
negativas que nos suceden es de otra manera y, así mismo, haces que yo también
tenga otra forma de apreciarlas. Cuando aquel lunes, en mi hora libre entre
asignaturas, me dictaste un trabajo del instituto, me perdía continuamente, y
nos reíamos de mí por ello. ¿Sabes el porqué de la actitud tan patosa que se
apoderó de mí? El motivo es mi amor por ti. Me era imposible poder escribir la
tarea, me equivocaba y escribía lo que rondaba por mi cabeza, es decir, mis
sentimientos por ti. Si no te lo crees, te adjunto, además de esta humilde
carta, mi trabajo de historia, suspenso obviamente, porque no hablé de
marxistas ni anarquistas; hablé de ti sin darme cuenta. Mi profesor no lo habrá
aprobado, pero ojalá tú lo hagas.
Quisiera poder quedarme otra vez
absorto mirándote, y oír tu sutil voz llamándome preocupada, preguntando qué es
lo que me sucedía. Es tu belleza. Eres tú. Amada, ven pronto y no tardes a
nuestro lugar de siempre, para que pueda manifestarte lo que siento, porque
cada vez te veo más lejos de mí, bien por la distancia física que nos separa que,
desgraciadamente, no es poca, bien por la distancia irreal que se encuentra
entre nosotros, que se alarga cada minuto que pasa. No quiero poder perderte
por mi estupidez y mi carencia de valentía. No quiero que te quedes sin saber
todo esto antes de que sea demasiado tarde. Querida, te necesito, te extraño,
te añoro, te amo. Eres quien hace que sea yo, quien provoca que me levante cada
mañana con ganas de vivir la vida, de sonreír al mundo y de no hacer cualquier
tontería.
Simplemente decirte que estoy y
estaré siempre para ti, para lo que necesites, aunque no quieras tener nada que
ver conmigo después de esto. No puedo seguir adelante sin ti. Eres esencial
para mí. Te quiero, y mucho; te amo.
Alberto.