jueves, 28 de abril de 2016

DOS DE MIS ALUMNOS GANAN EL CONCURSO DE RELATO CORTO IMAGINATIVO PARA LA ESO, QUE LA BIBLIOTECA MUNICIPAL DE GUADIX CONVOCÓ PARA CELEBRAR EL DÍA DEL LIBRO

 En el relato había que imaginar y contar cómo sería la vida de una persona sin móvil ni redes sociales. ¿Qué pasaría si de repente desaparecieran las redes sociales, internet y el móvil? A continuación podéis leer las dos historias premiadas. Es un placer presentaros a Emmanuel y Pablo, dos chicos que prometen en el terreno literario. Mi más sincera enhorabuena para ellos.

EMMANUEL GARCÍA GARCÍA-2ºC

                                                                                                                                                                                                                                                                           
                                                                                     
                                 Apocalipsis Informático


Comenzando transmisión del 9/03/2144...
Cargando...

-Soy el Doctr. Víctor Azael... en esta transmisión hablaré de nuestra situación.

¿Saben lo que es un hacker? Pues no sé cómo explicar qué clase de rata informática ha conseguido poner nuestro mundo de cabeza. Este sujeto ha inhabilitado nuestros aparatos móviles, ha conseguido hackear la red Wi-Fi internacional, no se pueden encender ninguna clase de ordenadores, ni portátiles ni torres, nada. Los afortunados que han eludido milagrosamente el ataque informático se han percatado de que ya no existían Facebook, ni Twitter, ni Whatsapp. Ninguna red social, ninguna aplicación. Además, ya que desde hace unos años consola sin Wi-Fi no es consola, las ha bloqueado, ha fundido sus microchips, las ha sobrecalentado tanto que, de ninguna forma es posible acercarse a ellas porque tal calor no es soportable. Se han producido incendios.

Nuestro mundo ya no es lo mismo. Los humanos ya no son humanos. Lo que hay ahí fuera son bestias, animales primitivos sin cerebro ni alma que solo buscan algo con lo que simular que están hablando por teléfono o chateando con sus semejantes.

Hay peleas entre familiares, amigos, hermanos... no sé ni quien soy prácticamente. No se si sucumbiré a este virus, pero no creo que me quede mucho tiempo Llevo tanto sin oír las teclas de un ordenador... me estoy volviendo loco. Tengo hambre, pero lo que consigo comer no me llena. Bebo, pero no calma mi sed. Estoy helado, pero no tengo frio. Esta enfermedad se extiende muy rápido y nubla el poco sentido común que me queda. No se me ocurren ideas. Tal vez solo debo dejarme llevar... no.

No, no... debo aguantar. Si alguien me está escuchando... si alguien encuentra esto... esto ya no es seguro .(Ruido de puerta metálica) ¡Me han encontrado! !Jo...! Shhh...
ya se van. Bien. No aguantaré mucho mas. Corred... corred y no mires atrás, ya he perdido ha demasiada gente. (Se derrumba la puerta) Mierd... he... corred... y sobre todo...(una bestia le muerde) ¡Ahhhhhh! No... os... rindáis...

Fin de la Transmisión del 9/03/2144.

Comenzando la transmisión del 12/03/2144. Cargando...

-Ya no hay escapatoria muchachos. Ya ha comenzado la transformación. Mis hermanos ya me admiten como uno mas... lo que dije en otras transmisiones...eh … tranquilos, era broma (el Doctr parece  una bestia llena de lujuria) venid con nosotros, uníos a la manada, ayudadnos a acabar con ese malnacido hijo de put... eh … Acabaremos con él por habernos hecho esto. Le arrancaremos hasta el último pedazo de piel a esa rata inmunda de alcantarilla... (Risa demente) yo y mis hermanos... (se levantan algunas bestias que estaban tumbadas en el suelo) yo y mis hermanos esta Luna Nueva, en esta noche de penumbra... salimos a la caza del hacker.(una bestia destroza la cámara y se corta la imagen; pero no el sonido) ¡Vamos hermanos! ¡Reuníos! ¡Mataremos a ese desgraciado!¡Vamos!...  Fin de la transmisión...



PABLO LÓPEZ MEDINA-3ºC



Érase una vez un amigo llamado móvil
 
Del móvil, una vez no muy lejana, fui esclavo. Y es que a las tecnologías me sentí enganchado. Sea lo que fuere que me pasaba, necesario era compartirlo: un pelo de mi poblada cabeza se ha caído; en el pescado dos molestas raspas he encontrado; por la calle iba caminando y por un penique encontrar me sentí agradecido… En definitiva, se me conocía como “Don Cuadro”, y es que mi cara parecía un cuadro. Eso sí, no había nada más cuadrado que lo que siempre se alzaba ante mis ojos (no precisamente un libro).
Unas gafas… ¡qué digo gafas! Más que gafas lo que yo necesitaba eran dos telescopios, con los que desde mi habitación podía ver desde planetas que ni se conocían hasta la casa de mi abuela, que vivía en Cuenca. Tal era su graduación que si mucho me concentraba a través de las paredes veía. Todo esto por usar el móvil, que por muchos encantos que tenga, sus servicios te los cobra en “vistas”. Yo estoy de deudas suyas hasta los ojos.
Se solía decir en mi pueblo el dicho de que “nació un hombre a un teléfono unido”. Yo, con mi móvil como espada y mis auriculares como yelmo, navegaba como pez con agallas entre redes.
Mas ahora todo diferente es: sin móviles, se nota tanto su ausencia como la de un brazo. Prestando atención a los consejos de mi madre, al campo salí a despejarme un poco. No obstante, de nada me sirvió: miles de pájaros, como miles de notificaciones, piaban en mi cabeza. Huí de mi casa de los zumbidos del teléfono, y en el campo me di de lleno con ellos. Por dejar a un lado las penurias, a construir una maqueta me dediqué. Tamaño fue mi asombro cuando terminé la maqueta: una antena de telecomunicaciones. Tenía la antena, pero me faltaba el teléfono. Decididamente, lo mío no es ni el campo ni lo son las maquetas. Un día, curioso, a la calle salí para observar a los demás chicos del barrio y cómo se divertían: estos niños daban patadas a un balón, saltaban cuerdas, lanzaban pelotitas que al parecer se llamaban canicas… Jugué con ellos una tarde, y la experiencia no me gustó. A una pedrea jugamos y mal parado acabé: ¡al menos la tecnología no te provoca cardenales! Los juegos no son mi actividad favorita.
Los padres a sus hijos advierten sobre tabaco, alcohol… Pero un peligro letal se les olvidó: los móviles. A pesar de su peligro, niños que no levantan dos palmos del suelo con estos falsos amigos ya caminan. Esto lo digo por mí, claro: el móvil fue mi primer y único amor. Con él me levantaba todas las mañanas, con él almorzaba… Hasta en los momentos más personales del día éste me acompañaba. Tal es y fue mi obsesión por el móvil, que la primera palabra que dije de pequeño fue para llamar a este “personaje”.
Irónico es que un aparato con este nombre, móvil, te haga llevar una vida tan inmóvil y sedentaria en el sofá.
Por todo esto y mucho más (creo que ya he dicho suficiente), puedo admitir que nunca querré a nadie como a mi teléfono, y que nuestra ruptura mucho mal me está causando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario