miércoles, 18 de junio de 2025

NUBES Y TERMÓMETROS. LA REVISTA DE LITERATURA UNIVERSAL. TERCER TRIMESTRE. CURSO 2024/25

 


 

Durante el tercer trimestre los alumnos de Literatura Universal han desarrollado un  TALLER DE INVESTIGACIÓN LITERARIA 

en el que han elegido a una autora relevante de la Literatura Universal.  

Realizar este taller sobre autoras femeninas no solo proporciona a los estudiantes una comprensión más amplia y completa de la literatura, sino que también promueve la inclusión, desafía los estereotipos de género y fomenta el desarrollo de habilidades críticas y empáticas que son valiosas tanto dentro como fuera del aula. 

Os dejo también por aquí un ejemplo de los trabajos realizados sobre autoras como Doris Lessing, Isabel Allende, J.K.Rowling, Margaret Atwood, Simone de Beauvoir...Ha sido muy constructivo porque hemos desarrollado habilidades de investigación y análisis crítico. Pensamos que a través de la incursión en la vida y obra de todas estas autoras, así como del análisis de sus textos, se deriva el fomento del pensamiento crítico y por supuesto la capacidad de análisis de los alumnos.

Los chicos en sus exposiciones han estado a la altura de unos trabajos muy bien elaborados que han servido para desarrollar una mayor empatía y comprensión hacia las experiencias y perspectivas de las mujeres en la sociedad. Esto, como todos sabemos,  puede ser especialmente importante en un mundo donde la igualdad de género sigue siendo un desafío.

Además hemos realizado nuestro clásico  TALLER DE ESCRITURA CREATIVAHa sido una escritura colectiva realizada después de leer "Un tranvía llamado deseo". He pedido a los alumnos que trataran de interiorizar los sentimientos de Blanche y Stella y los llevaran al papel hablando en primera persona. El resultado ha sido  muy pensado, elaborado y emocional:

 

UN TRANVÍA LLAMADO DESEO.


 

STELLA

¿Qué he hecho? ¿Cómo puedo seguir amándolo sabiendo lo que hizo? Pero sí, es cierto. Lo amo. Stanley es mi hogar, mi deseo, mi realidad. Blanche vive en un mundo que ya no existe, uno que se ha quebrado y se la ha tragado. Y yo…yo ya elegí quedarme en el mío. Me digo que no vi nada, que no escuché nada, que todo fue un malentendido. Pero lo sé. En lo más profundo de mí sé la verdad. ¿Cómo puedo mirar a mi hermana a los ojos? ¿Cómo puedo dormir junto a Stanley y abrazarlo, cómo puedo compartir su cama? Me siento dividida, desgarrada frente a la sangre y el amor, entre la lealtad y la pasión. Soy cobarde. Me resigné a sobrevivir. Todo lo justifico por el bebé, por la familia, pero cada noche cuando cierro los ojos, la voz de Blanche me persigue. Y me pregunto si alguna vez podré perdonarme.

A veces siento que estoy en medio de dos mundos que no se entienden. Por un lado, mi hermana Blanche que siempre recuerda el pasado en Belle Reeve. Ella todavía puede vivir en ese mundo elegante, lleno de apariencias y belleza. Pero yo tuve que aprender a adaptarme. Ahora mi vida está con Stanley y aunque a veces es duro y tiene un carácter difícil, lo amo. Yo no puedo vivir en un mundo de fantasía, como Blance. He elegido esta vida, con todo lo bueno y lo malo que tiene, porque prefiero una verdad difícil que una mentira bonita.

Yo la dejé, la dejé ir. A veces me arrepiento y me repito que no tenía otra opción, que estaba protegiendo mi hogar, mi vida. Pero en el fondo sé que fue por mí, porque no podía soportar la idea de que fuera verdad. Porque si era cierto lo que Blanche dijo, entonces todo en lo que me apoyo, todo lo que amo está manchado. No tengo valor de vivir con esto. Mi marido, mi amante; él me arrastró con su rabia y con su deseo. Vi cómo mi hermana se rompía día a día y fingí no verlo. Aceptar su dolor era aceptar el mío. A Blanche se la han llevado. Hay una voz que me dice que la traicioné y aun así esta noche dormiré con Stanley y mañana todo será igual porque para sobrevivir hay que elegir el silencio; el silencio…y yo he elegido callar.

A veces me pregunto si estoy haciendo como que no veo lo que pasa; siento algo dentro de mí que me dice que esto no está bien, que vivir con los gritos y enojos de Stanley no puede ser amor, pero luego él me abraza y me mira de una forma que me hace olvidar todo... y me quedo. Me quedo con él.  No sé por qué ¿Será que tengo miedo? ¿Por qué lo necesito? ¿Por qué ya estoy acostumbrada? Blanche me lo pedía llorando, me pedía que la escuchara ... pero yo solo quería que se callara porque si le daba la razón todo lo que tengo se me rompía. ¿Cómo aceptarlo, si de esto depende mi casa, mi hijo, mi vida? A veces pienso que soy cobarde, que elijo lo más fácil: perdonar, hacer como si nada, quedarme callada. Quiero a Stanley sí, pero también quiero a Blanche y me duele no haberla ayudado. 

A veces me despierto por la noche y me pregunto si he hecho lo correcto.

Si al bajar del tren que me trajo a Nueva Orleans no dejé atrás algo más que mi apellido. Dejé la casa, la tradición, dejé a Blanche.... Dejé todo lo que nos enseñaron a valorar. Belle Rèeve se estaba desmoronando y yo... yo necesitaba huir y vivir con Stanley. No es fácil... pero es real. Es fuego, es carne, es pasión. El no entiende de poesía ni de porcelanas antiguas, pero cuando me mira, cuando me toca... el mundo se calla. Y… en ese silencio me encierro y siento que mi castigo es saber que esto me convierte en una traidora. Blanche no lo comprende. Ella sigue viviendo en su mundo de apariencias, como si los espejos pudieran mentirle para siempre. Cuando llegó pensé que solo necesitaba descanso. Pero hay algo más en ella... algo que se rompió, y que no sé cómo arreglar. Y, sin embargo, es mi hermana. Mi sangre. Hay momentos en los que la miro y la veo como cuando jugábamos de niñas, con lazos en el pelo y con miedo a decepcionar a papá. Sin embargo, ahora es ella la que me mira. Como sin entender nada, como si hubiera esperado mucho más de mí, como profundamente decepcionada por haber elegido a Stanley en lugar de a ella.  Tal vez tenga razón.

Sé lo que Stanley le hizo. Lo sé.  Lo supe en el mismo momento en que ella me lo dijo, con las manos vacías y la voz temblando. Pero... ¿cómo aceptarlo sin que se destruya mi mundo? ¿Cómo mirar a mi marido, al padre de mi hijo, y ver a un monstruo?

Así que tomo una decisión y elijo no saber. Elijo cerrar los ojos. No por cobardía ... o tal ver sí.  El caso es que lo elijo por necesidad. Porque si empiezo a dudar me quedo sin nada. Me quedo vacía. Y, aun así, cada vez que, desde mi ventana, veo el tranvía pasar, me siento como si Blanche no fuera la única que va montada en él. Yo también estoy ahí. Es el tranvía llamado deseo…y ya no hay vuelta atrás. A veces me digo que todo está bien. Que Stanley es así, que lo hace porque me ama, que un hogar se construye con paciencia, pero, ¿cuántas veces más voy a tener que justificar lo que me duele? Blanche vino de romper mi equilibrio, sí, pero también vino a mostrarme lo que yo no quería ver. Y yo, en lugar de sostenerla, la dejé caer. La vi irse rota. Y mientras tanto, yo sigo aquí…fingiendo, callando, sobreviviendo.

A veces me pregunto si todo esto que estoy viviendo es amor o simplemente miedo a estar sola. Desde que Blanche llegó, mi mundo se ha llenado de recuerdos antiguos. La miro y sé que ella no está bien, algo en ella está roto, aunque ella trate de ocultarlo con palabras elegantes y vestidos suntuosos. Habla como si el pasado pudiera volver, como si lo recordara con suficiente fuerza. Pero yo veo lo que otros no quieren ver, como cuando le tiemblen las manos o como cuando crea ilusiones porque la realidad le resulta insoportable. Stanley la odia porque ve su fragilidad como una mentira, como si tratase de manipularme. Pero yo sé que no es así. Está enferma, y yo no sé cómo ayudarla.

Me parte el alma verla en ese estado. A veces siento que soy una cobarde por no hacer más, por quedarme sin hacer nada cuando sé que algo dentro de ella grita para que yo lo oiga. Pero también tengo miedo. Miedo de perder lo poco que tengo, miedo de ver en ella un reflejo de lo que podría llegar a ser si todo esto también se me escapa de los manos.

A veces me pregunto si hice lo correcto al irme de Belle Reeve y venir a vivir con Stanley. Mi vida con él no es perfecta. Se enfada fácilmente, grita y a veces me asusta... pero lo amo. Es difícil de explicar, pero con él siento algo fuerte, que no tenía antes. Mi hermana Blanche llegó y todo cambió. Ella era tan distinta..., vive en un mundo que ya no existe. Se viste bien y habla con elegancia, como si todavía estuviéramos en la casa que ya perdimos. Me duele verla así, tan perdida. Sé que quiere mi ayuda, pero a veces me siento cansada. No puedo salvarla de todo. Blanche y Stanley no se soportan, y yo estoy en medio. A veces siento que estoy fallando a una por quedarme con el otro. Pero solo intento vivir mi vida. No soy tan fuerte como todos piensan. Solo quiero un poco de paz, de amor. Y eso es lo que busco, aunque a veces me duela.

 

(Soy Estela, hablando conmigo misma…)

 

Me miro al espejo y ya no sé quién soy. Por fuera siempre sonrío y hago lo que los demás esperan, pero por dentro estoy llena de miedo y dudas. Mi conciencia me dice: Estela, ¿hasta cuándo vas a esconderte? Cada cosa que he decidido me ha ido dejando atrapada, como si estuviera subida a un tranvía que no se detiene y que va cambiando de camino sin preguntarme nada. He callado lo que siento, he puesto excusas, he fingido ser alguien que no soy. Pero ya no puedo más. Sé que necesito parar y mirarme de verdad, dejar de fingir, dejar de ponerme máscaras. Quizá todavía pueda volver a ser la Estela que soñaba, que creía en sí misma. Tal vez no sea tarde, pero primero tengo que atreverme a escucharme, aunque me duela.

 


 

BLANCHE

No era mentira…era solo más bonito así. La verdad es cruel, sin poesía, sin velos. Yo solo quería belleza, ternura, un lugar donde poder olvidar lo sucio, lo roto. ¿Tan terrible es querer vivir en un sueño? Me llaman loca, exagerada, mentirosa…pero ¿qué opción me quedaba? Me arrebataron todo: el hogar, el amor, la juventud…y ahora me castigan por aferrarme a las sombras suaves del pasado. Stella no me creyó. Ni siquiera ella. ¿Por qué me dejó sola? ¿Por qué prefirió a un bruto que me destrozó el alma? Pero no la culpo del todo. Yo también cerré los ojos tantas veces…fingí no ver, no oír, no sentir. ¿Estoy loca? Tal vez. Pero mi locura era mi refugio, mi teatro íntimo donde casi podría ser querida. Ahora me arrancan hasta eso. Pero no, no lloraré. Siempre he confiado en la bondad de los desconocidos. Tal vez al final eso me salve. O quizá me hunda del todo.

No sé en qué momento todo empezó a desmoronarse. Belle Réeve, mi hogar, mi refugio…lo perdí todo. Vine a Nueva Orleans buscando apoyo en mi hermana, pensando que aquí podría empezar de nuevo. Pero me encontré con Stanley, su marido; un hombre tosco, sin educación, que desde el principio me rechazó. Yo solo quiero vivir en paz. No puedo vivir rodeada de gritos y de violencia. Tal vez haya mentido, pero solo porque la realidad es demasiado cruda como para poder aceptarla. Yo solo quiero que alguien me cuide, que me valore y que no me maltrate. ¿Acaso es demasiado pedir?

Me llevan como si fuera una criatura que no pertenece al mundo de los vivos. Stanley me lo quitó todo: mi dignidad, mi esperanza, mi última defensa. Estoy aquí porque aún tengo mi nombre y no me lo pueden arrebatar. Yo confié demasiado en extraños porque los extraños no conocían mi pasado, porque los extraños no sabían cuánto me rendí. Stella decidió cerrar los ojos como todos, como siempre han hecho. Es fácil llamar locura a lo que no encaja y duele mucho mirar. ¿Estoy loca?

Tal vez.

Pero la locura es más piadosa que la realidad.

A veces ya no se que es verdad y qué no. Solo sé que estoy cansada de fingir que todo esta bien. Vine buscando cariño, un lugar seguro, algo de paz... pero Stanley me hizo sentir que no valgo nada. Y Stella no me escuchó. Solo quería ayudarla, abrirle los ojos, pero tal vez pensó que estoy loca. Tal vez lo estoy. yo no queria molestar, solo queria sentirme amada. ¿ Es tan malo querer eso? Me duele estar sola, me duele que nadie vea lo rota que estoy por dentro. Y ahora ... ya no sé si puedo seguir fingiendo.

 

No hay nada más cruel que la luz. Revela hasta la más pequeña de las grietas.

Por eso pido siempre que bajen las luces ¿Qué daño nay en un poco de sombra si nos permite conservar la insión?

He llegado con mi maleta  y mis recuerdos desordenados, como una actriz que  ha olvidado su papel pero sigue sonriendo en el escenario. Stella....

Mi dulce Stella. Tan ciega. Ama lo vulgar, lo brutal. ¿como puede soportar a ese hombre? ¿cómo puede amar a Stanlley con esa posesión tan... animal?

No soporto su voz, sus maneras, su forma de  sudar y de beber cerveza. El me ve.

No como yo quiero ser vista. Me ve como ni yo misma me atrevo a pensarme. Me arranca la vida hasta dejarme sin ropa ante el abismo de lo que ya no soy. Aún hay poesía en mi forma de hablar, en mis gestos, en la forma en que cruzo las piernas y en cómo recito a los poetas muertos. No pueden quitármelo todo. Si uno se aterra a la belleza, puede sobrevivir.

He confiado en la bondad de los desconocidos, y esa ha sido mi salvación ... y mi condena también.

Esa noche yo supe lo que iba a pasar; lo vi en sus ojos. No había escapatoria y cuando todo terminó, no era salo el cuerpo lo que dolía, era algo mas profundo, algo  que se rompió para siempre y ya nunca más volverá.

Stella, tu lo sabías pero elegiste no verlo y al hacerlo me dejaste sola, Sola con esto.

No todo lo que es verdad tiene que ser real ¿no? A veces

He pasado por muchas cosas. Lo único que me quedaba era fingir que todo estaba bien. Me ponga vestidos bonitos, hablo con cuidado, sonrío, aunque por dentro me esté rompiendo. 

Cuando vine a casa de Stella, pensé que encontraría un lugar seguro. Pero conocí a Stanley, su esposo. Es grosero... no le gusta la gente como yo. Me mira como si yo fuera una mentira. Solo quiera belleza, cariño...

Stella intenta ayudarme, pero ya no es la misma. Ahora vive en un mundo que ya no entiendo, uno donde hay gritos y después besos como si nada. Me parte el corazón verla así. Ella eligió su camino...

Yo no quiero que me juzguen. Solo quiero que me dejen soñar un poco más. Porque sin mis sueños, sin mis ilusiones, la vida es demasiado dura. Y yo... yo no sé vivir en la verdad. La verdad me rompe.

 

Me miro al espejo y me cuesta reconocerme. Siempre trato de mostrarme perfecta, elegante, fuerte… pero por dentro estoy rota. Mi conciencia me susurra: *Blanche, ¿hasta cuándo vas a mentirte?*

 

He fingido tantas cosas: he dicho que estoy bien cuando no lo estoy, he escondido mi pasado, he puesto una sonrisa cuando quería llorar. Es como si fuera en un tranvía que no para nunca, que me lleva lejos de quien yo era de verdad.

 

Estoy cansada. Cansada de ponerme máscaras, de vivir de apariencias. Quizá todavía haya tiempo para encontrar a la Blanche real, la que siente, la que sueña, la que no tiene que fingir todo el tiempo. Pero para eso… tengo que ser valiente.

 

Durante este tercer trimestre y tal y como ya hemos adelantado, hemos realizado la lectura de la obra de teatro  "Un tranvía llamado deseo" de Tennessee Williams.Además cada uno de los alumnos ha elegido libremente un libro para realizar lo que llamamos lectura autónoma. Los alumnos han plasmado su experiencia lectora en un 

DIARIO DE LECTURA 

del que os dejo evidencias para que podáis comprobar el registro de ideas, de pensamientos y de reflexiones y el ejercicio de profundización de los libros que cada alumno lleva a cabo a través de este cuaderno ilustrado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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