Resumen:
Don Marcelino, joven fabricante de chocolates, ha decidido casarse con una mujer que le saque de su timidez y su aburrimiento. Un día entró a un bar de alterne y allí vió a la mujer de sus sueños. Decide presentarla a su familia, y va a casa de su tía y de su madre. Maribel, que así se llama la mujer a la que pretende, se ve absorbida por Marcelino y su familia de tal forma que entra en un mundo totalmente distinto al suyo y del cual no querrá salir a pesar del escepticismo de sus compañeras de trabajo Rufi, Pili y Niní.
Fragmento:
Doña Paula.-Siempre hemos odiado nuestra época y hemos admirado esta generación nueva, fuerte, sana, valiente y llena de bondad...
Doña Matilde.-¡Qué hombres los de antes, que se morían en seguida!
Doña Paula.-A mí, el mío me duró solamente un día y medio. Nos casamos por la mañana, pasamos juntos la noche de bodas y a la mañana siguiente se murió.
Doña Matilde.-Y es que se ponían viejos en seguida. Yo tuve la suerte de que el mío me durase un mes y cinco días, a base de fomentos. Pero ya te acordarás, Paula. Tenía veintidós años y llevaba una barba larga, ya un poco canosa... Y tosía como un condenado. (Pág. 67).
* * *
Rufi.-¡Pepe lo contó todo!
Pili.-¡El miserable!
Niní.-¡Y ahora vendrán aquí a armar la gorda!
Rufi.-¡Y pensar que yo he tenido la culpa! ¿Por qué se me ocurrió llamarle cuando entró en aquel despacho? ¡Con lo feo que es el condenado, además! (Pág. 160).
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